martes, diciembre 02, 2008

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lunes, octubre 09, 2006

Caminemos hacia la santidad




Caminemos hacia la santidad...

Cantad con vuestra voz, cantad con vuestro corazón,
Cantad con vuestra boca, cantad con vuestras costumbres:
Cantad al Señor un cántico nuevo...
El cántico "nuevo" es una vida santa.

¿ Queréis rendir alabanzas a Dios ?
Sed vosotros mismos el canto que vais a cantar.
Vosotros mismos seréis su alabanza, si vivís santamente.

( SAN AGUSTÍN )

sábado, julio 08, 2006

Historia de la Salvación

El Catecismo nos presenta la Historia de la Salvación del Hombre por Dios, por lo tanto ellos dos son los protagonistas.

· Dios como creador del hombre.
· El Hombre que recibe de Dios los medios para salvarse.

Por su conducta, el Hombre está en absoluta libertad para aceptar o rechazar la salvación. Dios es creador porque lo ha hecho todo de la nada. Ha hecho tanto las cosas materiales como las espirituales.

Dios es un ser espiritual, todopoderoso, creador, salvador eterno, infinitamente bueno, dueño y Señor de todas las cosas.

Esta historia, tiene como punto de arranque y experiencia radical la liberación de la esclavitud de Egipto, se va realizando de manera progresiva y dinámica según el plan de Dios. Los acontecimientos, que están enlazados y unificados por la intervención personal de Dios como protagonista principal, no se realizan sin la colaboración de los hombres, una colaboración que Dios mismo suscita.

Otras veces las cosas salen a pesar de ellos y aun en contra de ellos; en efecto, la Biblia subraya reiteradamente las resistencias e infidelidades del pueblo, de manera que desde el Génesis al Apocalipsis predomina una dinámica de pecado-liberación (normalmente entre el pecado y la salvación suele mediar la experiencia del propio fracaso,que es invitación a convertirse y volver a Dios).

En este sentido toda la Biblia es historia de salvación, relata una serie de hechos interpretándolos, no desde el punto de vista político, económico, social, etc., sino desde el punto de vista de Dios.

Por eso, los autores sagrados no tienen demasiado empeño en aportarnos excesivos detalles, sino que proporcionan los datos esenciales y se detienen sobre todo en su significado profundo, en el sentido que tienen a la luz de la fe. Hasta los asuntos más triviales y «profanos» son recogidos, pues encierran un mensaje de Dios y son portadores de salvación.

ENVÍANOS FAMILIAS GENEROSAS

ENVÍANOS FAMILIAS GENEROSAS

Señor Jesús, que viviste tu familia de Nazaret
como el primer seminario, cumpliendo la voluntad
del Padre en la obediencia a María y a José.
Concédenos por su intercesión, familias generosas y fecundas, que acepten con gozo la vocación sacerdotal en aquellos de sus hijos a quienes quieras llamar..
Que tus sacerdotes, Señor, al renunciar a formar una familia, conducidos por el Espíritu Santo para seguirte y representarte nos tengan a todos como de su propia familia; y que toda la Iglesia los tengamos a ellos, como de nuestra familia, para colaborar en su vida al desempeño de su ministerio.

“Oh Jesús, Buen Pastor acoge nuestra alabanza
y nuestro sincero agradecimiento por todas las vocaciones que, mediante tu Espíritu, regalas continuamente a tu Iglesia.
Asiste a los Obispos, presbíteros, misioneros, y a todas las personas consagradas; haz que den ejemplo de vida verdaderamente evangélica.
Da fortaleza y perseverancia en su propósito a aquellos que se preparan al sagrado ministerio y la vida consagrada.
Multiplica los evangelizadores para anunciar tu nombre a todas las gentes.
Protege a todos los jóvenes de nuestras familias y comunidades:
concédeles generosidad y prontitud para seguirte.
Vuelve también hoy tu mirada sobre ellos y llámalos.
Concede a todos los llamados la fuerza de abandonar todo para elegirte sólo a Ti,
que eres el Amor.
Perdona la no correspondencia y las infidelidades de aquellos que has escogido.
Escucha, oh Cristo, nuestra oración por intercesión de María,
madre tuya y reina de los apóstoles.
Ella, que por haber creído y respondido generosamente es la causa de nuestra alegría,
acompañe con su presencia y su ejemplo aquellos que llamas al servicio total de tu Reino. Amén.”

miércoles, marzo 29, 2006

DE SAN AGUSTIN (2)



DE SAN AGUSTIN

Ordena tu amor! Mira a tu interior..., no sea que ames lo que no debes, o no ames lo que debes amar... ¡Ordena tu amor! No sea que ames más lo que debes amar menos o ames menos lo que debes amar más...

Subí al cielo..., pero aún permanezco en la tierra... Allí estoy sentado a la derecha del Padre; aquí aún tengo hambre y sed, soy peregrino..., son pisados mis miembros por toda la tierra...

No busques qué dar... Date a ti mismo...

Tarde te amé, hermosura tan antigua y tan nueva... ¡Tarde te amé!
Tú estabas dentro de mí y yo fuera..., y por fuera te buscaba...

El no tiene..., tu si..., es tu hermano... Si aún no eres capaz de dar la vida por el, por lo menos..., comparte con el tus bienes... Si no..., ¿cómo puedes llamarte cristiano?

La medida del amor es el amor sin medida...

Nos hiciste, Señor, para ti y nuestro corazón estará insatisfecho hasta que descanse en tí...

Con el amor al prójimo el pobre es rico..., sin él el rico es pobre...

¡Oh Dios, separarse de ti es caer; volverse a ti levantarse; permanecer en ti estar seguro! ¡Oh Dios, salir de ti es morir; volver a ti revivir; habitar en ti vivir!

¿Queréis cantar alabanzas a Dios? Sed vosotros mismos el canto que vais a cantar... Vosotros mismos seréis su alabanza..., si vivís santamente...

¡Camina en Cristo y canta con alegría!..., pues el que te mandó que le siguieses..., va delante de ti... El resucitó primero..., para que tuviésemos un motivo para esperar...

Los hombres salen a hacer turismo para admirar las crestas de los montes, el oleaje de los mares, el copioso curso de los ríos, los movimientos de los astros... Y..., sin embargo..., pasan de largo de sí mismos...

En la cruz..., ¿fue Cristo el que murió..., o fue la muerte la que murió en El?...¡Oh qué muerte..., que mató a la muerte!

No te alabes a ti..., sino a Dios en ti...Y no por lo que eres..., sino porque El te hizo... No porque tú puedes algo..., sino porque El puede en ti y por ti...

Que nadie diga: "¿para qué voy a ir a la iglesia? Mira los que van todos los días..., no practican lo que oyen"...Sin embargo hacen algo: oír... Así algún día podrán hacer las dos cosas: oír y practicar... Pero tú..., ¿cómo vas a llegar a practicar si estás huyendo de escuchar?
Dios es caridad, y quien permanece en la caridad, permanece en Dios.Ama, pues, al prójimo..., y en él verás a Dios...

Bienaventurado es, Señor, el que te ama a Ti, Al amigo en Ti, Y al enemigo por Ti...

Si Dios es amor..., ama a Dios el que ama el amor..., y ama al amor el que ama al hermano...Cuando amamos al hermano con amor verdadero..., le amamos con un amor que viene de Dios...Y el que no ama al hermano, no está en el amor..., y el que no está en el amor no está en Dios porque Dios es amor...

No te atasques en el camino, pues no alcanzarás el fin. No te detengas en cosa alguna hasta que llegues al fin...¿Te uniste a Dios?Terminaste el camino..., llegaste a la patria.

Conocerse de verdad a uno mismo no es otra cosa que oír de Dios lo que Él piensa de nosotros...

De ahora en adelante sólo a ti te amo..., sólo a ti quiero estar unido..., es a ti a quien busco..., a quien quiero servir... Porque sólo tú eres mi Señor y yo quiero pertenecer solamente a ti...

viernes, marzo 17, 2006

DE SAN AGUSTIN

«No es gran cosa creer que Jesús ha muerto, escribe San Agustín; esto lo creen también los paganos y los réprobos; todos lo creen.
Pero lo verdaderamente grande es creer que él ha resucitado.
La fe de los cristianos es la resurrección de Cristo»
(S. Agustín, Enarrationes in Psalmos 120, 6: CCL 40, p. 1791)

Dios, observaba Agustín, escucha aún cuando... no escucha, esto es, cuando no obtenemos lo que estamos pidiendo.
Su retraso en atender es ya una escucha, para podernos dar más de lo que le pedimos.
(S. Agustín, Sobre la Primera Carta de Juan, 6, 6-8 (PL 35, 2023 s.)

La diferencia entre la ley y la gracia consiste precisamente en esto: en la ley Dios dice al hombre: «¡Haz lo que te mando!»;
en la gracia, el hombre dice a Dios: «¡Dame lo que me mandas!».
La ley manda, la gracia demanda.
Una vez descubierto este secreto, Agustín, que hasta entonces había luchado inútilmente para ser casto, cambió de método, y más que luchar con su cuerpo empezó a luchar con Dios.
Dijo: «Oh Dios, tú me mandas que sea casto; pues bien, ¡dame lo que mandas y mándame lo que quieras!»
(S. Agustín, Confesiones, X, 29.)
¡Y sabemos que obtuvo la castidad!


domingo, marzo 12, 2006

Si me amas...




Si me amas…

¡Si conocieras el don de Dios y lo que es el Cielo!

¡Si pudieras oír el cántico de los ángeles y verme en medio de ellos!

¡Si pudieras ver desarrollarse ante tus ojos los horizontes,

los campos eternos y los nuevos senderos que atravieso!

¡Si por un instante pudieras contemplar, como yo,

la belleza ante la cual todas las otras bellezas palidecen!.

Tú me has visto, me has amado en el país de las sombras,

y ¿no te resignas a verme y amarme en el país de las inmutables realidades?

Créeme, cuando la muerte venga a romper tus ligaduras

como ha roto las que a mi me encadenaban,

y cuando un día que Dios ha fijado y conoce,

tu alma venga a este Cielo al que te ha precedido la mía…

ese día volverás a ver a aquél que te amaba y que siempre te ama,

y encontrarás su corazón con todas sus ternuras purificadas.

Volverás a verme, pero transfigurado,

extasiado y feliz,

no ya esperando la muerte,

sino avanzando contigo,

a quien llevaré de la mano por los senderos nuevos de la luz y de la vida,

bebiendo con embriaguez a los pies de Dios un néctar

del cual nadie se saciará jamás.

¡Enjuga tus lágrimas y no llores si me amas!


San Agustín